jueves, 31 de marzo de 2011

Vuelve la sordidez. Enric Juliana. La Vanguardia, jueves 31 de marzo de 2011.



Vuelve la sordidez
ETA, fenómeno intrínsecamente español, regresa como vórtice de un combate político descarnado
31/03/2011

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En el rastro de Madrid venden papeles de ETA y no faltan compradores. El entorno del grupo terrorista ha decidido poner en circulación sus actas de las negociaciones del año 2006. Ácido sulfúrico. No hay que ser ningún lince para presuponer que estamos ante la venganza de los denominados abertzales ante la exclusión del grupo Sortu de la liza electoral del 22 de mayo.

Venganza por una hoja de ruta incumplida, puesto que el PSOE ya no dispone de fuerza política para reabrir, ni que sea parcialmente, el denominado proceso de paz. Los de la capucha saben bien cómo funcionan los entresijos de Madrid. Siempre lo han sabido, puesto que ETA es un fenómeno intrínsecamente español. El poeta José Bergamín, católico, republicano y comunista, lo intuyó en 1977, cuando se apuntó a Herri Batasuna, recién regresado del exilio. Bergamín, español hasta los tuétanos, quiso provocar a todos. “Son los últimos españoles que merecen tal nombre”, dijo el autor del poema Ecce España (“Ni grande ni pequeña, sin medida, / enorme en el afán de su entereza, / única siempre pero nunca unida; / de quijotesca en quijotesca empresa, / por tan entera como tan partida, / se sueña libre y se despierta presa”).

ETA es un fenómeno intrínsecamente español y sólo así se explica que el grupo terrorista vuelva a estar en el vórtice madrileño en el momento de su máxima debilidad. Estamos ante una estampa goyesca. Como ya ocurrió en el 2006, Alien se ha vuelto a colar en la cabina de mando y puede que no se mueva de ahí hasta la finalización del fatídico ciclo electoral. El Partido Popular ha comprado los papeles del rastro por varios motivos. Uno: porque considera a Pérez Rubalcaba el peor adversario electoral que le puede tocar en suerte. Dos: porque la herida del 11 de marzo del 2004 aún está abierta y la derecha sigue viendo en Rubalcaba al Rasputín que capitalizó en favor del PSOE el inmenso error de Aznar y Acebes. Tres: porque las formas en España se perdieron hace tiempo –¿las hubo alguna vez?– y el terrorismo es una pieza más del combate político. No hay zona de exclusión aérea. Desde que se extinguieron los ecos amenazantes del 23-F y Europa nos ofreció cobijo y subvenciones, todo vuelve a valer en el país que inventó la guerra de guerrillas. Cuatro: porque el PP quiere elecciones anticipadas en otoño, para asegurarse la mayoría absoluta e interceptar el tiempo aciago –inmediatamente después del 22 de mayo– en el que todas las administraciones locales y regionales, sin exclusión, deberán dejar de silbar para acometer dolorosos recortes (atención, mucha atención a lo que puede ocurrir en Valencia, donde los proveedores ya amenazan con no surtir a los hospitales públicos y la CAM alicantina ha quedado al borde del precipicio). Y quinto: porque los papeles del rastro, aun en el supuesto de que sólo fuesen parcialmente veraces, delatan que José Luis Rodríguez Zapatero alcanzó la presidencia del Gobierno sin tener una idea cabal de la historia de España.

Han vuelto los tiempos sórdidos. Ayer quedó bien patente en la sesión de control en el Congreso. El PP ataca con todo lo que tiene a mano, incluidos algunos diputados que parecen salidos del guion de Torrente 4. Rubalcaba no llegará indemne al final de la legislatura. Zapatero –con su futuro civil en manos de la gran banca y de las demás empresas Ibex 35, la nueva cámara corporativa que tutela la política económica– vuelve a observar el espectáculo con frialdad neroniana. Si no estuviese abrasado en las encuestas, se presentaría. Carme Chacón, tenaz, voluntariosa, oblicua, aconsejada e inteligente con su estudiado mohín, ha decidido arriesgar y corre el riesgo de quedar atrapada por las hélices de las tres o cuatro conspiraciones madrileñas que en estos momentos están en marcha.
El movimiento de esas hélices es a partir de ahora impredecible, de manera que, sin ánimo de pronosticar nada en concreto, aconsejo al lector que no pierda de vista a José Bono. Memoricen bien aquel correveidile de Augusto Monterroso: “Cuando despertó, Bono todavía estaba ahí”.

2 comentarios:

  1. El termino Guerra de Guerrillas si es inventado por los españoles. Pero sin ese nombre esta forma de lucha se dio a lo largo de la historia.

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  2. Supongo que Juliana quiere seguir incidiendo en la idea que ETA es sólo posible en un país como España.
    La mayoría de españoles ven a los vascos como mocetones castellanos recios del norte, que andan un poco descarriados.

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